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RECUERDOS DE LA VIDA/RICORDI DELLA VITA

UN VINTEN PARA EL JUDAS

UN VINTEN PARA EL JUDAS

En la calle Quicuyo hay un edificio de 19 apartamentos,nosotros viviamos en el apto 6.

En estos apartamentos, para tender la ropa, teniamos que subir hasta la azotea, cargando los baldes llenos de camisas, vestidos, pantalones y ropa interior recièn lavados.

Mis hijos se divertían mirando los trenes que pasaban por la estación, las quintas de los vecinos y algunas veces hacian travesuras.

Una vez, Francisco y Fernando, tiraron un judas (muñeco hecho de trapos) gritando desde arriba del techo.

Don Gonzalez, el vecino del apartamento 1, salió alarmado a ver que pasaba y encontró el muñeco con figura humana tirado en el suelo.

Grande fue el susto que se pegó pensando que era uno de los niños.

Otro día, pasaron por los apartamentos un grupo de gitanas, que metiendose en casa sin hacerse ver, se llevaron dinero y hasta una caja de jabón en polvo.

Hablando de Judas, era una costumbre cerca de Navidad, pedir dinero para el Judas, sentando un muñeco de trapo ( el Judas) en la vereda, nuestros hijos pusieron sobre Ariel (calle transitada por autos, ómnibus, camiones y bicicletas) cerca de la barrera del tren, un juda particular: un Oso vestido sentado en una silla, la gente que pasaba, al pedido de “me dá un peso para el judas”, mucha gente daba dinero comentando: “que judas raro que es ese”. Aveces, en lugar de un judas de trapo, sentaban algún niño para engañar a los pasantes.

Todos mis hijos fueron a la escuela 99 República de Honduras, una vez al año, la comisión fomento organizaba kermeses para los arreglos extraordinarios de la escuela.

Entre las cosas curiosas de esta vieja escuela, estaba el gran patio lleno de olivos con aceitunas negras, que todas las semanas, manchaban las tunicas.

En homenaje a Artigas, fue plantado un hermoso árbol de Ibirapitá, justo a la entrada de la escuela.

En el fondo, habia un patio de tierra con un aspa de molino abandonada, fue allí donde Fernando en un recreo se rajó la cabeza siendo curado por las maestra que lo mandaron a casa peinadito y con los pelos mojados.

Todos mis hijos fueron bandidos y alegres al mismo tiempo, pero siempre fueron buenos alumnos.

Recuerdos de una madre.

Teresa

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