Blogia

RECUERDOS DE LA VIDA/RICORDI DELLA VITA

PEPITO Y LAS COMADREJAS

PEPITO Y LAS COMADREJAS

En la casita de Marindia compartíamos los veranos en familia. Después de casarnos y tener nuestra familia de todas formas todos los febrero nos acomodábamos en la casa, Francisco y Sonia (más adelante Nathalia y Pablo), Daniel, Margarita, Ana Laura y yo. Algún año nos acompañaba Fernando mi hermano y/o Andrea la hermana de Sonia,

Tío Giordano, al que cariñosamente y para facilitar la pronunciación de ese nombre tan rimbombante y poco usual, alguno de mis hermanos había apodado Pepito, siempre estaba en su casita del fondo.

Les cuento que las comadrejas habían hecho un nido en el techo de la casa de Pepito, por lo que su obsesión era cazar tan dañino animal.

Para ello había hecho una trampa, la ponía de noche a la salida del caño de desagüe del techo y cuando la comadreja quedaba atrapada se cerraba la puerta y ahí se procedía al sacrificio del animal. Esa noche estaba especialmente oscuro, no había luna y la oscuridad de Marindia es imponente al no haber muchos focos de iluminación, entonces al sentirse el chillido en la jaula, fueron corriendo, el tío, Daniel, Francisquito y Fernando.

En eso… unas manos inexpertas hicieron una mala maniobra, la jaula se abrió, la comadreja se escapó, el tío se enojó mucho y en el alboroto el que pagó los platos rotos fue Fernando, el que no atinó a decir nada.

Cuando entraron a la casa Fernando nos miró lloroso y nos dijo "yo no fui" y ahí el verdadero culpable dijo ¡fui yo!. Daniel con la mirada esquiva no sabía que decir, ninguno se había animado a contradecir a Pepito así que quedo por esa y las culpas se la llevó el menor.

Después del susto, del ataque del feroz roedor y de la confusión generada nos reímos con ganas, sacándole el peso de la culpa al adolescente.

Como consecuencia la comadreja se salvó y nos quedó el recuerdo en un rincón.

 

 

 

 

María Teresa (Tití)

EL VIAJE AL MAR

EL VIAJE AL MAR

 Omar y Olga, tomaron el tren en la estación Sayago, subieron al vagón cargados de bolsos y el infaltable mate, sentandose del lado de la ventanilla, se miraron y sonrieron.

Mientras charlaban alegremente, delante a sus ojos iban pasando campos de trigo, frutales, estaciones, pequeñas ciudades, pueblitos, nidos de horneros sobre los postes del telefono y asi, el viaje a La Paloma se les hizo cortisimo.

Tomandose de la mano, dirigieron su mirada al mar que los acojía con su inmensidad, la espuma de las olas, la arena blanca diseñando curvas al sol, las gaviotas balanceandose perfectametne y rozando el agua en busca de algún pez, los pescadores saliendo con sus barcas....parecía un sueño...

Despues de disfrutar del baño, cansados, descansaron debajo de la colorida sombrilla, cuando el sol no estaba tan alto, caminaron hasta el Faro blanco y brillate, sacandose fotos e inmortalando el paisaje en un rollo fotografico. Recogieron caracolitos y piedras coloradas, la brisa del mar despeinaba la tía Olga y Omar alegremente la salpicaba con agua salada haciendola sonrojar.

Era ora de volver, la estación semi desierta los esperaba, subieron nuevamente al tren, se sentaron y suspiraron, mirando el paisaje que se alejaba, sonrieron, afuera todo era paz y tranquilidad, el sueño de Omar y Olga se habia cumplido.

Teresa

 

MIRA´SI LA VAS A JODER A LA ABUELA ROSARIO...

MIRA´SI LA VAS A JODER A LA ABUELA ROSARIO...

Mirá si la ibas a joder a la abuela Rosario jugando a la escoba de quince...te contaba todos los puntos y no habia manera de pasarla, ni siquiera contando rápido las cartas para ganarte un puntito.

Cada vez que venía a casa, despues de haber dejado todas sus cosas en el cuarto donde dormiamos, incluida una pelela de plástico que ponía debajo de su cama, salía al frente e iba a saludar a los vecinos.

Caminaba por la hilera bajo el sol, con sus cabellos recogidos, el resplandor del día se acumulaba en sus “pómulos salientes”, asi como había leido en la lección del liceo sobre los indios Charruas.

Asi era la abuela Rosarío, eterna viejita en mis recuerdos, sonriente, sin dientes, con un delantal de amplios bolsillos donde almacenaba galletitas y pedazos de pan.

Despues de jugar dos o tres partidos de escoba de quince, cuando la comida estaba casi pronta, nos sentabamos a la mesa y en silencio se comía, cuando papá le ofrecía cortarle el agua con vino, ella decía “si Francisco...” y apenas caían dos gotas, lo frenaba inmediatamente repitiendo “basta, basta, esta bien asi....” cosa que hacia enojar a mi padre que le respondía: “si le eché apenas dos gotas....”.

Como postre, pelaba una manzana y la dividia en cuartos, luchando con sus encías duras como dientes para terminarla.

No me acuerdo si dormía siesta, solo sé que la nostalgía por “su familia”, es decir Tío Luis y los suyos, la invadía despues del segundo día de estar lejos de ellos, y es así que se pegaba a la ventana de la sala, preguntandose como estarían los de la calle Pondal......

A eso de las cinco, se sentaba a mirar la tele, masticando alguna galletita escondida en su bolsillo, yo le ofrecía un te y ella aceptaba.

Apurado como siempre, no dejaba hervir el agua y cuando le llevaba la taza, era suficiente que la abuela lo provara con una cucharita que enseguida reaccionaba: “este té no está pronto, Fernando, no dejaste hervir el agua, verdad ?” avergonzado respodondía que si con la cabeza y pensaba...mirá si la vas a joder a la abuela Rosario....

 

Fernando.

LOS PEQUEÑOS TIOS

LOS PEQUEÑOS TIOS

Soy la mayor de cinco hermanos, tengo 18 años más que mi hermana menor por lo que cuando nació mi primer hija, Patricia tenía 4 años, Alejandro 6 años y Fernando 11 años.

Aquel nacimiento fue todo un acontecimiento, la novedad era que tenían una sobrina, pequeñita, pues no pesaba más que 2 kilos.

Juntaron sus ahorros y bajo la comandancia de Fernando el mayor de los tres se fueron al Barbarroja, el quiosco de la cooperativa a comprarle un regalito a la recién nacida.

Llegaron a conocer a Margarita con un regalito primorosamente envuelto, pero estaban muy compungidos ya que su regalo les parecía feo, porque era lo que consiguieron con su dinero el que no era mucho, pero su orgullo de tíos los llevó a valerse por si mismos.

Cuando Margarita empezó a jugar con sus muñequitos , su juguete preferido era aquel chanchito de goma con chifle que sus pequeños tíos le habían regalado con tanto amor.

 

 

María Teresa (Tití

ANA Y ANITA

ANA Y ANITA

Al iniciar el siglo XX, las familias uruguayas eran numerosas, así mis abuelos maternos, Máximo y Rosaria oriundos de Salto pero vivían en Montevideo tenían 8 hijos:

Vicente, Angela, Juana, Victoria, Santiago, Olga, Luis y Teresa.

Eran muy humildes pero con un corazón grande por lo que criaron junto con sus hijos a Ana.

Ana era de tez morena y cuando creció se transformó, por o menos así la recuerdo yo en la imagen de la mama vieja de las murgas.

Con el tiempo formó su hogar y se alejó de la casa de mi abuela.

Quedó su hijita Anita al cuidado de la familia. La consideramos una más de la familia, así que cuando nos referimos a ella siempre es nuestra prima Anita.

Lo que recuerdo de Ana era su risa, la íbamos a visitar de vez en cuando, vivía en un barrio muy alejado y en un apartamento al fondo de un corredor y cuando nosotros le contabamos algo que le daba gracia, reía con ganas, el eco de su risa, grave y retumbante quedó grabada en mi memoria.

Anita es la mayor de los primos, se llava algo así como 10 años conmigo, así que cuando nos juntabamos todos, un grupito de primos al que yo pertenecía de edades similares la veíamos como toda una señorita, la prima grande junto con Carmen y María.

Nos asustaba con el enano verde, así que como consecuencia de alguna travesura nuestra, después buscabamos debajo de la cama, arriba del ropero a ver si no estaba el temino enano verde. Nunca lo encontramos, pero temíamos verlo.

En una época cuando mi madre trabajaba nos cuidó a Francisquito y a mí. Era muy estricta y rigurosa, todo tenía que estar en su lugar y sumamente limpio.

Me mandaba bañar, pero yo la engañaba y abría la canilla dejando correr el agua para hacer ruido mientras me quedaba sentada o mirandome al espejo, hasta que un día me descubrió ¡ Uy ! Fue terrible, tuve que soportar sus gritos, sus amenazas con contarle a la tía Teresa y luego por supuesto el sermón de mi madre no se quedó atrás.

A Francisquito lo tuvo toda una tarde atándose los cordones, hasta que no aprendió no lo dejó ir a jugar.

Es una excelente cocinera y siempre fue muy elegante.

Se casó con Nilo y tiene una hija Selene.

 

 

María Teresa (Tití)

EL CONDUCTOR

EL CONDUCTOR

Los días de verano, los pasabamos en la casita de Marindia.

La camioneta Commer quedaba en el balneario, ya que Francisco se iba a trabajar en ómnibus.

Una tarde, mientras hacia mis labores en casa, me pareció sentir el ruido del motor, asomandome a la puerta, pude ver a Alejandro colgado de la parte trasera y el auto marchando decidiamente por la calle.

“Ale tirate” grité inmediatamente, cosa que Alejandro hizo inmediatamente, mientras tanto la camioneta siguió dando vueltas como una calesita por las calles de Marindia, girando alrededor de la manzana.

Todo esto debido al hecho que Daniel Cal y Fernando que eran los conductores, solo sabían ir hacia adelante, asi fue que tocando varias cosas (tachos de basura, arbustos, montones de arena) volvieron nuevamente a la puerta de casa.

 

Con el tiempo, la vieja Commer fue cambiada por una Citroen Ami 8, a la hora de la siesta, mientras casi todos dormiamos amodorrados por el calor veranigeguo, Fernando, Ale, Paty y la Tia Angela, vestida con su delantal blanco, salían a pasear con el auto por las calles de Marindia.

Un lindo zafari por las calles de tierra y llenas de pozos, “agarro por acá ?” preguntaba Fernando y todos decían que si, otras veces eran ellos los que decían al conductor por donde pasar.

Así pasaban las tardecitas de Marindia, entre dunas de arena, pinos, colas de zorro y el olor a marcelo.

Cada calle tenía su historia de pozos, pero cada uno veía algo especial en aquellas vias amarillas, alguien alguna vez vió una víbora larguisima cruzar, otro una araña negra que esperaba el pasar del auto, algún otro una perdiz escapando de un zorro, torcazas y palomas eran la distracción de Patricia, la Tía Angela contaba las florcitas y comentaba el avance de la civilización en el balneario.

Terminando con mi tarea, los esperaba, llegaban felices y contentos, riendose y comentando que la Tía los hacía ir por calles desconocidas y lejanas.

El conductor bajaba queriendo esconder su carita pero sonreía

me daba las llaves,pero yo intuía que al día siguiente se iba a producir el milagro.-El conductor que esquivaba los pozos con gran entereza,-       

      De relatos de mis hijos 2003                Teresita Maseda

EL MUNDO

EL MUNDO

Un hombre del pueblo de Negua,en la costa de Colombia,pudo subir al alto cielo.-A la vuelta contó.-Dijo que había
contemplado,desde allá arriba,la vida humana.-Y dijo que somos un monton de fueguitos.-El mundo es eso reveló.-
Un montón de gente,un mar de fueguitos.-Cada persona brilla con luz propia entre los demás.-No hay 2 fuegos iguales.-
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.-Hay gente de fuego sereno,que ni se entera del viento,
y gente de fuego loco,que llena el aire de chispas.-Algunos fuegos bobos,no alumbran ni queman,pero otros arden la vida
con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear,y quien se acerca se enciende.-
de El libro de los Abrazos E.Galeano uruguayo                  
Teresa

MICAELA GUYUNUSA

MICAELA GUYUNUSA

En  nuestra cooperativa, funciona una escuela pública para niños pequeños.

Hace solo unos meses, la pequeña escuela adoptó el nomre de Micaela Guyunusa, con ello hemos recordado algo de nuestra historia.

MICAELA GUYUNUSA fue llevada a Francia junto con un grupo de Charrúas, a recordar el triste hecho, en el Prado de Montevideo tenemos el monumento a los ultimos Charruas.

Los llevaron desnudos en un barco para exhibirlos.

En el monumento, Micaela está sentada con su bebé en brazos. Un pintor que iba a bordo hizo el cuadro, se sabe que Micaela era muy dulce y cuando empezaba a dibujar, se cubría con una manta pues era muy recatada.

Era hermosa, con sus ragasgos marcados y su dulzura inocente.

Fue madre de un bebé y al poco tiempo murió de tuberculosis.

El bebé vivió poco tiempo, pues estaba enfermo habiendo nacido muy débil.

Todo esto debido al triste hecho de sacarlos de su lugar de origen para mostrarlos en un museo francés.

A Micaela la recordaremos como heroína de su raza extinguida por aquellos que no los respetaron.-

Teresa

PANADERIA LA GRAN VIA

PANADERIA LA GRAN VIA

Salimos de Marindia por la ruta interbalnearia, pasamos el peaje y tomamos Avenida Italia.

A los costados el Pinar ya no es el de una vez, los bosques que daban nombre al balneario están desapareciendo, en su lugar van creciendo casas y comercios, grandes supermercados, locales de asistencia paga.

Autos estacionados por doquier, gente que se traslada en motos y bicicletas, polvo que se levanta en continuación.

Asi se ve el costado de la carretera.

Llegando al Parque Roosvelt donde en turismo se hacen las domas, encontramos un semaforo y un gran supermercado, el Geant.

La gente corre, muchos, demasiados autos en la vuelta.

El gran puente nos avisa que llegamos a Montevideo, no solo el puente, las indicaciones nos anuncian la llegada a la capital, avenida Italia nos recibe con su explendor y la velocidad de una de las avenidas más importantes de Montevideo.

Apenas entrando en Carrasco, llegamos al punto donde una vez estubo una panadería: LA GRAN VIA.

Cuando volviamos de Marindia, en los tiempos que el Pinar era un pinar y que Avenida Italia era una avenida con pocos autos, Francisco bajaba y elegía, tratando de recordar los pedidos, los bizcochos en las grandes bandejas expuestas en el mostrador.

Croisant dulces, salados, caras sucias y alguno otro tipo de bizcochos, terminaban en una bolsa de papel de astraza, lo veiamos volver con el paquete en la mano, su cara roja y su gorrito playero.

Cerraba la puerta y entregaba el botín a los niños, encomendandoles de no tirar la bolsa por la ventanilla. Nadie escuchaba sus palabras, pues todos estaban ya saboreando los bizchochos calentitos que salían del paquete uno a la vez en las manitos tiernas de los niños.

Hasta Sayago no se hablaba, se masticaba y basta.

Por mucho tiempo lo hicimos con mucho gusto, ahora llegamos a la ciudad y es ella la que te traga y te mastica con su movimientos, los papeles volando, edificios por doquier.

Mis muchachos ya crecieron y la panadería no existe más, pero si existe el recuerdo y aquel silencio interrumpido solamente por el ruido de las boquitas masticando los bizcochos de la panaderia La Gran Via.

Con cariño.

Teresa.

 

DE PESCA EN EL SOLIS CHICO

DE PESCA EN EL SOLIS CHICO

Con mucho cuidado y atención preparabamos todo lo necesario para pasar una mañana de pesca en el arroyo Solis: la carnada (por lo general un salamín comprado por pocos pesos en el almacén de la esquina), las cañas de pescar y sobre todo el aparejo, aquel de tensa verde que se enrollaba en una lata de duraznos brasileros.

Gorritos playeros en la cabeza, cuchillito para matar los peces y cortar la carnada en la bolsa, subiamos corriendo y nos acomodabamos en la vieja Commer, todos sentaditos sin movernos, nerviosos y contentos al mismo tiempo.

La camioneta agarraba la carretera y se encaminaba hasta el peaje, era allí nuestro lugar preferido de pesca, antes de llegar, papá bromeaba siempre diciendonos que nos estabamos volviendo para Montevideo, pero unos metros antes del peaje, giraba a la izquierda metiendose por una calle secundaria que nos conducía derechito al borde del arroyo.

Casi nunca el agua era alta, por lo general, podiamos meternos en el medío del arroyo sin problemas, caminando entre las piedras hasta encontrar la roca justa donde hacer nuestro puesto de pesca.

Sacabamos los instrumentos, cada cual con su cañita de pesca, sus bollas y sus plomadas, con el cuchillito sin filo cortabamos pedacitos de salame que generalmente terminaban a mitad camino entre el tiro de la plomada y el arroyo, una vez más recogiamos la lansa para cargar nuevamente el anzuelo.

Cangrejos flacos y mal comidos eran nuestra primera pesca, se enganchaban con sus patas a los anzuelos ferrugientos y terminaban acuchillados sin piedad por papá que usaba la carne blanca y tierna como carnada para el aparajo.

Con un movimiento de atleta a las olimpiadas, hacia girar la plomada a forma de gota sobre su cabeza y lanzaba el aparejo en el medio del arroyo.

Despues el silencio. Solo los autos que pasaban por la carretera interrumpian nuestra concentración, atentos al minimo detalle, mirando fijo las lansas, esperabamos el momento magico de la recolección del pescado.

Pasaban algunas horas, no muchas a decir la verdad, porque los más chicos empezabamos a perder la paciencia y sobre todo, haciamos perder la paciencia a nuestro padre, que nervioso por nuestro continuo ir y venir por el borde de la roca, nos gritaba continuamente advirtiendonos de los peligros eminentes que corriamos.

De repente, algunas gotas de agua nos salpicaban cuando el hilo del aparejo se ponía tenso, señal eviddente que algún pez habia caido en la trampa, todos nos girabamos hacia nuestro padre, que con gran habilidad, recogía la lanza en un movimiento continuo de manos que no dejaba ver los dedos mientras lo hacia.

Despues de haber recogido los veinte metros de aparejo, en la punta de la cuerda se asomaba la cabeza moribunda de un pez de los ojos negros, grande como el palmo de una mano que agitaba violentamente la cola tratando inutilmente de liberarse del fatal anzuelo que lo habia atrapado.

Dando los ultimos coletazos, terminaba mojando la roca y con frialdad de pescador experto, nuestro padre daba fin a las ultimas esperanzas de vida del pescado.

Todos gritabamos de alegria, habiamos finalmente pescado, metiamos delicadamente el pescadito en un balde playero con agua del arroyo para mantenerlo fresco y recogiamos nuestras cañas de pescar para ver si habiamos tenido la misma suerte que nuestro padre, mientras tanto, el pescador de turno tiraba nuevamente el aparejo al arroyo, convencido de estar pasando por el momento justo.

Error impagable este, pues el cometido era solo uno: pescar un pescado, para nosotros niños impacientes, el objetivo era ya obtenido y empezaba la guerra de nervios entre nuestro padre y sus hijos.

Si antes lo habiamos puesto nervioso caminando para atrás y adelante, ahora que habiamos pescado lo haciamos enloquecer metiendo los pies en el agua, haciendo caer una y otra vez los gorritos en el arroyo o escapando a los gritos de los cangrejos que subían a la roca a comerse los restos del pescado.

Pasaban cinco minutos y con un “siempre pasa lo mismo con ustedes” levantabamos campamento y volviamos a la Commer con nuestra pesca bien custodiada en el baldecito de playa.

Contentos y felices recorriamos los veinte quilometros que separaban el peaje de Marindia, llegando a casa en pocos minutos, bajabamos corriendo con el baldecito, dejando todo el resto en el auto ibamos a buscar a nuestra madre para mostrarle el botín, felices y contentos de haber finalmente, pasado una mañana de pesca junto a nuestro querido padre.

Fernando.

GLADIS Y EL MAGO

GLADIS Y EL MAGO

Un canario amarillo, algunos quilos de arroz y algún litro de aceite Manzanares eran parte del tesoro de la Tía Amelia.

Junto a Gladis, vivían en un pequeño apartamento de la Teja.

Los tangos de Gardel eran el hobby preferido de Gladis, eterna niña que seguía el ritmo del dos por cuatro golpeando con el abanico cerrado en el borde de la mesa.

Conocía todas las letras.....”el día que me quieras....” cantaba con su vos entrecortada.....”Fenando, Fenando, Galdel, Galdel.....” decía cuando quería que uno se sentara con ella a jugar a las cartas y escuchar “mi Buenos Aires queridos”.

El momento de la despedida, cuando irremediablemente nos volviamos a casa, te abrazaba y te pedía por favor que te quedaras, al final, prometiendole volver cuanto antes, entre lagrimas y abanicos abiertos que nerviosamente se agitaban delante a su rostro blanco como la leche, nos ibamos apurados sin mirar para atras.

Aveces venían a pasar algunos días en casa de la Tía Olga, la vieja radio que el Tío Omar me había regalado, nos hacia compañia las tardes de otoño en las  que venían un rato a pasar en nuestra casa.

Mientras repasaba la lección antes de irme para el liceo, saboreando un delicioso té que mi madre había preparado, escuchabamos la vieja radio que tenía un defecto, un eterno zumbido producido por quien sabe que valvula quemada en su interior, pero sintonizaba perfectamente radio Clarin.

Gladis se acomdoba una y otra vez su pollera escosesa, agitaba el abanico corrigiendo su posición en la silla y repetía al detalle las palabras de la presentación del tango que estaba por ir al aire.

Eran otros tiempos, siempre me pregunté si Gladis sabría que Gardel había muerto en Medellín hacia un montón de años, quizas no, seguramente era mejor que asi fuera.

Fernando.

ANECDOTAS DE FAMILIA

ANECDOTAS DE FAMILIA

Titi,era estudiosa buena alumna.Un día estando en mi trabajo en Barreiro de Sayago vino la profesora de piano

Chiquita (cumplió mas de 80 años) con una libretita en la mano,me dijo con su  expresión de “algo pasó”: “Esta es su letra ?...”

Al verla me inquieté, pero enseguida entendí todo: al no gustarle a Ma.Teresa la notificación que le había puesto la profesora de piano y debido a que yo tenía que firmarla, copió mi

firma con un carbonico,cosa nueva y utilizable en esos tiempos.-

**********************************************

Una tarde Tití estaba practicando sus lecciones en el piano, Fran en la vuelta con sus deberes sus dibujitos y siempre ideaba algo nueva.

Francisco, su papá, habia comprado una pinza que distraidamente dejó apoyada sobre la mesa del comedor. La pinza era  muy atractiva con sus mangos rojos. Yo me encontraba en el dormitorio hamacando

al mas chico Fer fue desde allí que senti un ruido.....sshhhhhssshhhh

Salí corriendo hasta el corredor, alcancé a ver un chisperio que cubrió el piano y la pianista, del otro lado, pude ver entre una nube de humo, Francisquito  sentado, la pinza en el suelo con las marcas de la corriente electirca y en la mano izquierda el cable de la televisión cortado.

Fueron los championes Funsa que le salvaron la vida aislandolo de la corriente. Por suerte fue solo un gran susto para todos nosotros, no para Fran que no se dió cuenta del grave peligro. Mis unicas palabras fueron: “que has hecho chiquilín!”

 **********************************************

En el barrio habia un depósito de chatarra. El dueño, un señor de pelos blancos y barba a medio crecer, compraba las  botellas y otras cosas usadas.

Un día mis hijos tenian unas

Damajuanas y se decidieron de llevarlas al depósito.

Iban camino hacia  Propios y Ale, el  más pequeño, con su pelo rubio y su cara de susto miramdo al hermano  le preguntó:

“Fernando nosotros somos pichicomes?”

No respondió el hermano vendemos las damajuanas para podernos comprar la entrada para el partido sin pedirle a mamá .-

 **********************************************

 Patricia desde pequeña tuvo que hacer gimnasia ,cuando la mudabamos de bebe le hacíamos hacer ejercicios con las piernas.

Con el pasar de los años, siguió haciendo gimnasia, especialmente en el Comunal con la profesora Marta.

 Llevaba un equipo azul de mangas y piernas cortas, corría y

era buena alumna.

Salió abanderada en gimnasia llevando con honor  la bandera uruguaya un 18 de Julio, dia de la Cooperativa

Le gustaba mucho correr y jugar en la plaza.

Un día vió venir al Dr. Gazzara. su corrida fue mas rapida ,se acerco y le dijo “Dr.dr..YO no soy la enferma

es mi hermano Ale el enfermo”

El dr.sonrió la saludo,diciendole: “que bueno”, ella estaba acostumbrada a las visitas del doctor que siempre venía por su congestión y los broncoespasmos.

Feliz y contenta, Patricia volvío a la placita a jugar con sus amigos.

 

Teresa

LA COMISION FOMENTO

LA COMISION FOMENTO

Comision de fomento

De  alguna forma fue importante integrar una comisíon de Fomento que indirectamente nos permitiera devolver al Estado

un poco de lo mucho que les dió a nuestros hijos.

Eramos un grupo de personas con buena voluntad sin experiencia la integramos unos cuantos con la responsabilidad de la Directora Beatriz Solari,con la que mantenemos contacto pues ya

se jubilo.

El dinero era poco ,entonces aparecían ideas,funciones de cine,venta de alimentos,artesanía,ropa etc.

Siempre habiá

algo que arreglar ya que el edificio era muy viejo.

La preocupación fue la humedad de las paredes principalmente en los

salones que daban sobre Ariel y se nos ocurrió taparlos con ladrillos puestos de espejo(santo remedio).

Este sistema se

extendió a toda la escuela.

Venían los festejos sobre todo en fiestas patrias de Uruguay y de Honduras,patio,piano,coro

algún baile o representación etc.la presencia de autoridades y cuando era la fiesta de  Honduras el Embajador.

Como presidente de la comisión fomento tenía  que estar en el lugar

por mi trabajo en ocasiones mandaba a Teresa,y despues que empezaba el acto llegaba yo.-Fue una época difícil por la Dictadura no

permitían cambio de autoridades y así corrió el tiempo mas o menos 10 años .

Lo hicimos con mucho gusto y yo rodeado de señoras con gran voluntad que a su vez hicieron venir los esposos que ayudaban   tambien en las pintadas

de puertas paredes etc..Todo fue muy rico y edificante.-Hay mucho mas para decir por ahora lo dejo aquí.-

Francisco Manzoni

LA TIA PAULA

LA TIA PAULA

Allá por la calle Castro, en un pequeño apartamento rodeado de grandes magnolias en flor, vivía la Tía Paula.

Nunca supe bien quien era, solo sé que me gustaba muchisimo ir a verla, me divertía corriendo por los jardines en flor y mirando las estrellas de mar que ella conservaba en una caja sobre el mueble de la cocina.

Hamacandose en su mecedora de mimbre, nos recibía con una sonrisa brillante, y a pesar de su peso, se levantaba para saludarnos cada vez que la ibamos a visitar.

“Un tecito calentito ?” nos ofrecía, mientras buscaba entre cajas de galletitas y paquetes de fideos, el paquete de azúcar para endulzar la bebida.

Mi madre hablaba un buen rato con ella, mientras yo me divertía contando las magnolias en los grandes arboles del camino de tierra, corriendo hasta la calle y volviendo para atrás caminando por el cordón de cemento.

Antes de irnos, la Tía me llamaba y abriendo con delicadeza la caja de estrellas de mar me decía: “elejite una”, con los ojos brillosos de emoción, mis pequeñas manos revolvian entre los cientos de estrellas marinas y finalmente una de ellas quedaba atrapada entre mis dedos.

Nos despediamos con un beso y una frase: “vuelvan otra vez, los espero”. “Claro que volveremos” repetiamos nostros mientras cerrabamos el portoncito de fierro ferrugiento.

Una tarde, manteniendo la promesa, volvimos a la casa de la Tía Paola, pero extrañamente encontramos todo cerrado...la Tía se había ido, esta vez para siempre, pero en el umbral de la puerta, apoyada con delicadeza, había dejado la caja de zapatos llena de estrellas de mar...

Fernando.

EL PEREJIL

EL PEREJIL

Frente a los apartamentos había un terreno,nuestros vecinos pidieron permiso para plantar,asi lo hicieron y fue asi que vimos crecer acelgas, tomates, lechugas y PEREJIL.

Como en varias ocasiones los ayudabamos a regar nos obsequiaban algo de lo que producia aquel pequeño huertito, pero lo

que crecia más era el perejil.

Venian ellos con su ramito orgullosos y yo se lo ponía a todo lo que cocinaba ,pero a Fran

no le gustaba la sopa (como a Mafalda) les contaba a sus amigos que ella (o sea yo) “pone en la sopa unas manitos que nadan

en el plato”, eran las hojitas de perejil que lo asustaban, plantaron bastante  tiempo.

Un día el Dr.Larrosa compró el terreno

y se hizo una hermosa casa pero del perejil no nos olvidamos ,ni de la esquina de Quicuyo y Ariel        Teresa

EL BICHO PELUDO

EL BICHO PELUDO

Una tarde soleada de verano llegamos a la Plaza de Deportes de la Union, grande linda,varios juegos gratis

y allí Francisco me dejó con los niños, vestiditos prolijamente.

Todos corrieron a hamacarse, Fernando que era el mas chico se quedó conmigo, despacito nos acercamos al murito, donde me pidió para caminar por el borde.

Al subirlo, su brazo rozó algo e inmediatamente comenzó a llorar.

Sus gritos y llantos nos alarmaron, subiendolo a upa le pregunté que le pasaba y me mostraba su brazo: estaba rojo e hinchado. Todo el brazo se fue inflamando con una rapidez increible, a pocos metros de donde se habia puesto a llorar, encontramos un BICHO PELUDO VERDE, de esos que tienen miles de puas.

Corrimos con él a la farmacia proxima donde nos auxiliaron con un algodón empapado en alcohol y algo más.

El boticario nos dijo: “no se asusten esto lo aliviará”, pero el seguía llorando pues le ardía

mucho, Francisco y Teresa, sus hermanos, trataban de calmarlo minetras esperabamos el regreso de el padre que habia ido a una empresa cercana.

Fue tan grande la preocupación, que hasta se olvidaron de seguir jugando, seguramente estaban más asustados que Fernando.

Cuando el padre volvió estaba calmado y le dijo ya esta no pasa

nada fue solo un susto ,se nos cortó el paseo y regresamos a casa.-

Cuando pasamos por la Plaza recordamos la anecdota

   Teresa

UN VINTEN PARA EL JUDAS

UN VINTEN PARA EL JUDAS

En la calle Quicuyo hay un edificio de 19 apartamentos,nosotros viviamos en el apto 6.

En estos apartamentos, para tender la ropa, teniamos que subir hasta la azotea, cargando los baldes llenos de camisas, vestidos, pantalones y ropa interior recièn lavados.

Mis hijos se divertían mirando los trenes que pasaban por la estación, las quintas de los vecinos y algunas veces hacian travesuras.

Una vez, Francisco y Fernando, tiraron un judas (muñeco hecho de trapos) gritando desde arriba del techo.

Don Gonzalez, el vecino del apartamento 1, salió alarmado a ver que pasaba y encontró el muñeco con figura humana tirado en el suelo.

Grande fue el susto que se pegó pensando que era uno de los niños.

Otro día, pasaron por los apartamentos un grupo de gitanas, que metiendose en casa sin hacerse ver, se llevaron dinero y hasta una caja de jabón en polvo.

Hablando de Judas, era una costumbre cerca de Navidad, pedir dinero para el Judas, sentando un muñeco de trapo ( el Judas) en la vereda, nuestros hijos pusieron sobre Ariel (calle transitada por autos, ómnibus, camiones y bicicletas) cerca de la barrera del tren, un juda particular: un Oso vestido sentado en una silla, la gente que pasaba, al pedido de “me dá un peso para el judas”, mucha gente daba dinero comentando: “que judas raro que es ese”. Aveces, en lugar de un judas de trapo, sentaban algún niño para engañar a los pasantes.

Todos mis hijos fueron a la escuela 99 República de Honduras, una vez al año, la comisión fomento organizaba kermeses para los arreglos extraordinarios de la escuela.

Entre las cosas curiosas de esta vieja escuela, estaba el gran patio lleno de olivos con aceitunas negras, que todas las semanas, manchaban las tunicas.

En homenaje a Artigas, fue plantado un hermoso árbol de Ibirapitá, justo a la entrada de la escuela.

En el fondo, habia un patio de tierra con un aspa de molino abandonada, fue allí donde Fernando en un recreo se rajó la cabeza siendo curado por las maestra que lo mandaron a casa peinadito y con los pelos mojados.

Todos mis hijos fueron bandidos y alegres al mismo tiempo, pero siempre fueron buenos alumnos.

Recuerdos de una madre.

Teresa

PESCA A LA ENCANDILADA

PESCA A LA ENCANDILADA

La blanca luz del farol a mantilla, rompía la oscuridad de la playa desierta.

La brisa del mar nos traía las voces de quienes habian quedado en la arena aún tibia por el calor de la jornada, risas y gritos se confundían con el romper de las olas que aparecían sin avisar estrellandose con gran estruendo contra la costa.

Cada ola que pasaba nos obligaba a levantar el farol por encima de nuestras cabezas, a su vez, cada vez que una se acercaba, traía nuevos pececitos y la red que Daniel tenía fuerte entre sus manos, por un momento se llenaba de majuga de pejerreyes y mojarritas.

Mitad de ellos volvian a liberarse quando la ola sucesiva levantaba la red y Francisco inutilmente intentaba tenerla en el agua para evitar el desastre.

Mientras tanto el farol se subía y se bajaba, las gotas salpicaban en el vidrio y el vapor que se formaba me impedian ver lo que sucedía a mi alrededor.

Desde la playa gritos y risas se sentían cada vez más lejos, señal inequivocable que nos estabamos alejando de la orilla.

Volviamos luchando contra la corriente a acercarnos a la costa para volver nuevamente a alejarnos en busca de pececitos.

El titiritar de los dientes y el frio intenso nos hacian abandonar nuestra pesca, con el botín en la red y los pantalones empapados, volviamos a la orilla para encontrar los familiares que nos estaban esperando, Sonia, Tití, Francisco Pedro, Nathalia, Paolo, Margarita, Ana Laura, Daniela, Alejandro y Patricia, se turnaban en las noches de pesca a la encandilada, esperando en la oscuridad absoluta guiados por el resplandor de la luna que nos hacia compañia apareciendo como una imagen sagrada en el horizonte marino.

Volviamos a casa despertando a los vecinos con nuestra charla y carcajadas, allá nos esperaba Teresa que con paciencia y mucho empeño, cocinaba la magra pesca en la garrafa de tres quilos apoyada en la mesa de cemento.

Masticabamos las mojarritas con ganas, comiendonos la crocante cabeza sin pensar a nada.

Lindos recuerdos, momentos hermosos pasados juntos en familia y alegria.

Fernando

EL ADMIRAL GRAF SPEE

EL ADMIRAL GRAF SPEE

El Admiral Graf Spee,era un poderoso acorazado alemán con la mision de capturar buques mercantes en el
Atlantico Sur durante la segunda Guerra Mundial.-El 7 de diciembre de 1939 mientras peseguía a un navío inglés
que llevaba mercancías de Buenos Aires a Londres,es avistado en el Rio de la Plata por tres cruceros de origen
británico.La consecuente batalla deja al Graf Spee seriamente averiado y su capitán se ve obligado a dirigirse a
Montevideo,puerto neutral.-La ley le concede un plazo de 48 horas de amarre para desembarcar a los muertos y
heridos.Río afuera los buques británicos lo esperan para completar su misión.El 13 de diciembre cumplido el plazo
y con el fin de evitar la humillación de ser derrotado por la flota enemiga,Hans Langsdorff,el capitan del Graf Spee,pone
a salvo a su tripulación,dinamita su barco y se suicida.-Por primera vez la guerra se siente cerca en el Rio de la Plata.-
Radio Carve informaba de la batalla y la explosión fuimos todos a lo alto del Cerrito frente a la Iglesia,yo trepado en
un tejido miramos por mucho tiempo la humareda negra que salía de la bahía ,la vista fue espectacular.-La torre y los
restos se divisaron por mucho tiempo,los sobrevivientes fueron vecinos de nuestros barrios.-En el Cementerio del Norte
hay una parcela que contiene los restos con una placa de cada alemán muerto lo tenían todo prolijo.-
Fue una vivencia interesante                   Francisco Manzoni

WILSON FERREIRA

WILSON FERREIRA

Hombre lider y caudillo en el Partido Nacional
actuó con ejemplar dignidad.-Su presencia y defensor de sus ideales
siempre se rodeó de gente capaz y honesta,Era muy sencillo al encontrarlo
nos paramos a saludarlo iba nuestro pequeño hijo Fernando ,se lo,presentamos
al que le saludo con una sonrisa especial y amablemente.-
En las elecciones tuve el honor de ser secretario de mesa,reemplazando al
Dr.Oliú fue un trabajo arduo e intenso al finalizar los recuentos de votos nos
debía venir a buscar el omnibus y recogernos con la urna no fue así,En un
vehículo que nos dejo lo bastante lejos  del cilindro caminando esas cuadras,
me la puse al hombro y el militar con un mauser al costado al llegar entregamos
la urna y documentación.-Hubo rumores que habían encontrado,urnas abiertas
y Wilson no ganó.-Pasó a senador presentando sus reclamos que no los oyeron
el último grito que dijo en cámara fue ! VIVA EL PARTIDO NACIONAL!.........
Acudimos a varias caminatas  por 18 de Julio al término cantabamos el Himno Uruguayo
Cuando volvio de su exilio todo un pueblo estaba pendiente el se dió vuelta y alzó las manos
fue detenido hasta que pasaron las elecciones cuando subió el gobierno fue invitado
especial para recibir a los personajes de otros paises.Lo recordamos como luchador
invencible.-Con el mayor de los respetos   
Francisco Manzoni